8 de Marzo: Día internacional de la mujer

Una vida de compromiso público en defensa de los Derechos de la Mujer
Alicia Moreau de Justo

Las Primeras Batallas: Argentina, como consecuencia del proceso de modernización gestado por la elite dirigente argentina hacia mitad del siglo XIX, recepcionó a miles de inmigrantes provenientes de Europa, impulsados por la búsqueda de un futuro más próspero. Alicia Moreau fue un exponente de esas oleadas inmigratorias que conformaron la Argentina aluvial. Esta intelectual nació el 11 de octubre de 1885 en Londres. Sus padres habían sufrido la expulsión de Francia por su participación en la Comuna de París (1871). Así, hacia 1890 arriba a tierras argentinas, pasa su niñez en el barrio de Floresta.


Armand Moreau, su padre, instala junto con un amigo encuadernador una librería en la calle en el año 1896. A través del negocio familiar, Alicia accede temprana-mente a todo tipo de publicaciones movida por la curiosidad de sus escasos años. Sin embargo, el negocio dura poco tiempo, ya que Armand asiste todos los fines de semana al Hospital Francés para facilitarle libros —que nunca recupera— a los enfermos.

Por esta década, se evidencia un progre-sivo crecimiento urbano, que viene acompañado de la llegada de nuevas ideas provenientes de Europa como el anarquismo y el socialismo, que al poco tiempo, son recepcionadas por los habitantes de la ciudad. De esta forma, durante 1896 se funda el Partido Socialista, con el que simpatiza el padre de Alicia y en cuyos preceptos educa a sus tres hijos. Años más tarde, esta organización partidaria constituirá la institución central a través de la cual Alicia canalizará su militancia.

Alicia, hacia 1901, ingresa en el magis-terio en la Escuela Normal N° 1. Por esa época, formarse como maestra era una salida bastante común para las mujeres que estaban decididas a trabajar. En sus años de estudiante comienza a participar en tareas ligadas a la expansión de la educación. Es alumna de Hipólito Yrigoyen, caudillo de la Unión Cívica Radical, con quien mantiene frecuentes debates.

En 1902, las hermanas Chertkoff funda-doras del Centro Socialista Femenino –que trabaja sobre la divulgación de los saberes filosóficos y sociológicos de la época– comienzan a reclamar por la instauración del sufragio femenino. Alicia acompaña a Fenia Chertkoff en la promoción de jardines maternales, la fundación de bibliotecas populares y en la Asociación Pro Educación Laica que se organiza en Morón (provincia de Buenos Aires) en 1903. Cabria aclarar que Fenia era la más emprendedora de las tres hermanas y cuñada de Juan B. Justo (líder del Partido Socialista). En 1906, Alicia participa del Primer Congreso Internacional de Librepensamiento en la ciudad de Buenos Aires, donde presenta un informe de su autoría, llamado “Educación y Revolución”. El mismo estaba dedicado a la difusión de postemas educativos durante la Revolución Francesa. Su ponencia tiene importantes resonancias en los asistentes, que se sorprenden con la edad de la expositora. En 1907, Angel M. Giménez, un influyente socialista de la época que la había conocido en el Congreso Internacional, la convoca para participar de los cursos de la Sociedad Luz de Barracas. Esta asociación establecía en sus estatutos la necesidad de “difundir en el pueblo las nociones y los métodos de la ciencia y educarlo en la expresión hablada, escrita y artística, así como perfeccionar la educación técnica”. Además poseía una biblioteca. De esta manera, Alicia se incorpora y comienza a trabajar centrando sus esfuerzos en la difusión de la higiene social y de la prevención sanitaria, temáticas que formaban parte de la esfera íntima, extraños en la boca de una mujer. En ese año, ingresa a la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, siguiendo los pasos de Cecilia Grierson, la primera médica del país.A su vez, apoya la gran huelga realizada en 1907 contra de los altos alquileres que cobraban los conventillos (la que se denominó “huelga de los inquilinos”) conjuntamente con el reclamo por el precio del pan y la carne. Además impulsa la “marcha de las escobas”, una procesión de amas de casa que avanzan en defensa de sus derechos a través de los barrios pobres de la ciudad de Buenos Aires. Incluso, sumamente preocupada por los temas educativos, publica varios artículos en una revista dirigida por Enrique del Valle Iberlucea.

ACERCA DEL VOTO FEMENINO: El acceso de las mujeres al sufragio libre fue una preocupación permanente de Alicia Moreau. El siguiente texto constituye un ejemplo representativo del recorrido realizado en esa búsqueda. “En 1931 hubo un proyecto de Mario Bravo que fue aprobado por la Cámara de Diputados, después de la acción de una comisión intersindical. En la sanción de esa ley estuvieron juntos radicales, socialistas y demócrata progresistas, de manera que salió muy bien auspiciada. Nosotras, las mujeres socialistas nos habíamos agrupado y presentábamos peticiones y organizábamos actos y conferencias. Veíamos el gran interés de las mujeres. Pero llega la media ley al Senado y allí, donde predomina el conservadorismo, fue boicoteada y enviada a una carpeta. Alfredo Palacios reprodujo el proyecto tiempo después y también fue a parar al mismo sitio. De manera que nosotras, que podríamos haber tenido el voto como primer país en América Latina, tuvimos que ver a las uruguayas conquistarlo en el año 1936, a pesar de no haber tenido un movimiento feminista tan activo como el nuestro. Con esto, los conservadores creyeron que mantenían a la mujer en la casa, que no fuera a desbarrancarse por otros lados. Estaban equivocados. Todo eso estaba en el ambiente, y había muchos grupos formados y mucha agitación. El voto femenino no se materializó hasta que el peronismo comprendió todo el valor político que podía tener esa tuerza y un senador presentó el proyecto. Como tenían mayoría fue aprobado. Por otro lado ¿quién se iba a oponer? (...) (Eva Perón) lo recibió hecho. Nunca se había ocupado del problema, que yo sepa. Era una mujer muy rebelde. Ella quería salir de su medio, que fue lo que hizo finalmente. Después, cuando se dedicó a aliviar la situación de los trabajadores, expresaba también el mismo sentimiento de rebeldía de las que querían el sufragio.El voto femenino implica mayores responsabilidades cívicas. Las mujeres no podrán lavarse las manos y decir yo no voté, yo no sé nada. El país se va a la ruina y yo no tengo nada que ver”.

A la par de sus tareas en la Sociedad Luz, Alicia Moreau crea en 1910 el Ateneo Popular, institución con características similares. A su vez., se desempeña como secretaria de redacción de Humanidad Nueva, donde aparecen varios artículos con su firma. Hacia 1914, obtiene el título de médica con diploma de honor con su tesis “La función endócrina del ovario”. Realiza su residencia en el Hospital de Clínicas donde se interioriza de la realidad sanitaria de las mujeres argentinas. Un año más tarde, desempeñándose como ginecóloga, instala un consultorio en la calle Esmeralda al 900. En ese mismo año, sus preocupaciones por la educación la llevan a popularizar un método educativo nuevo (creado por la italiana María Montessori). El mismo, tenia como idea principal, colocar al niño como centro del proceso de aprendizaje y al docente como coordinador y observador del mismo. Incluso, se desempeña como profesora de la Universidad Nacional de La Plata, a partir de las gestiones que Enrique del Valle Iberlucea (un amigo cercano) realiza ante el rector, Joaquín V. González. En 1919, la doctora Moreau, recibe una invitación para un Congreso médico en EEUU. En esta travesía debe cruzar la cordillera de los Andes a lomo de mula para poder embarcarse desde Santiago de Chile, ya que no consigue pasaje en Buenos Aires. En este viaje, representa a las trabajadoras de nuestro país en el Congreso Internacional de Obreras de Washington. A su regreso a Buenos Aires, cierra la revista “Humanidad Nueva” y comienza al poco tiempo a dirigir una nueva publicación, “Nuestra Causa”, que funciona como órgano de difusión de las ideas de la Unión Feminista Nacional.

EL SOCIALISMO: En 1920, Alicia Moreau se afilia al Partido Socialista en el que militará toda su vida. Cuatro años más tarde se casa con su líder Juan Bautista Justo y tienen tres hijos. A partir del casamiento, Alicia entabla una excelente relación con su suegra, Aurora Castro de Justo, quien había trascendido a fines del siglo XIX, por su decisión de divorciarse de Juan Felipe Justo. Aurora se había hecho cargo de los cinco hijos de Juan B. Justo al fallecer su primera mujer, Mariana Cherkoff, una de las tres hermanas fundadoras del Centro Socialista femenino. La relación entre Aurora y Alicia trasciende la muerte de Juan B. Justo que se produce en 1928. Hacia 1927 se produce la fundación de La Casa del Pueblo, una de las bibliotecas con más volúmenes del país. Sin embargo, dentro del Socialismo operaban luchas internas que llevarán a la separación de los llamados “Independientes”. Poco tiempo después, integrarán la Concordancia de 1932 presidida por Agustín P. Justo y Julio A. Roca (h.), que se postulaban como candidatos. Hacia la década del treinta, el derrocamiento de Hipólito Yrigoyen y el comienzo de la década infame marcan el inicio de una época muy dura para los trabajadores de nuestro país. Sin embargo, Alicia Moreau de Justo se compromete profundamente con el Partido Socialista. En el periodo 1932-1941se aprueban en el Congreso Nacional una serie de leyes tendientes a regular los derechos de los trabajadores, esta legislación era extensiva a las mujeres. Las principales medidas que establecen son:

Ø se convierte en ley el “sábado inglés” –los días sábados se trabaja durante mediodía–.

Ø establece el cierre de los comercios a las 20 horas.

Ø la reglamentación de las licencias pre y post parto para las trabajadoras mujeres.

Ø la creación de la Caja de Jubilaciones para los periodistas y reporteros gráficos.

Durante 1932, Mario Bravo presenta en la Cámara de Diputados un proyecto de ley tendiente a establecer el sufragio femenino. La misma obtiene media sanción, sin embargo, no llega a tratarse en la Cámara de Senadores. El compromiso de Alicia Moreau de Justo con las ideas republicanas se expresa en su participación activa en agrupaciones que apoyan a la República española, a cuyos líderes hacen llegar una significativa cantidad de fondos. Durante la Segunda Guerra Mundial, nuestro país mantiene una posición neutral. En ese período, Alicia forma parte de la denominada Unión Democrática, conformada por radicales, socialistas, comunistas, demócrata-progresistas y conservadores. Este grupo apoya a los aliados y -en el orden interno- propugna el libre funcionamiento de las instituciones democráticas.

ENTRE DICTADURAS Y DEMOCRACIAS

En 1974, tras la disgregación del Partido Socialista, Alicia Moreau llama a la unidad del “viejo tronco socialista”. Si bien no participa de esta coalición, brinda su apoyo para la conformación del Grupo de los Ocho. Esta asociación representaba una alianza de distintos partidos políticos opositores, que reclamaban la vigencia de las instituciones democráticas ante los desvíos que se evidenciaban bajo el gobierno de María Estela Martínez de Perón y su ministro de Bienestar Social José López Rega. En 1975, Año Internacional de la Mujer, se llevan a cabo varios homenajes a Alicia que cumplía 90 años. Dentro de estos actos varios dirigentes socialistas toman la palabra, entre los que se destacaba Américo Ghioldi, quien a pesar de la ruptura le tenía gran respeto. El 24 de marzo de 1976 inaugura en la historia argentina la etapa más oscura: se produce el golpe de Estado encabezado por el general Jorge R. Videla, el brigadier Orlando Agosti y el almirante Emilio Massera. Bajo el nombre de “Proceso de Reorganización Nacional”, el Estado Militar desarrolla un plan sistemático de represión y exterminio de la oposición (que ellos denominaron lucha antisubversiva), provocando, además de cruentos asesinatos, la desaparición de 30.000 personas. En este periodo, Alicia Moreau brindó apoyo a la lucha de las Madres de Plaza de Mayo. Esta agrupación estaba formada por madres a quienes la dictadura había secuestrado a sus hijos (“los desaparecidos”). De esta forma, se concentraban en la Plaza de Mayo, donde realizaban una ronda alrededor de la pirámide reclamando por la aparición con vida de sus hijos. Alicia sostenía que “lo más importante es el ejemplo que le han dado a la mujer, el ejemplo de mujeres valientes”. Durante la dictadura, una de las pocas formas de oposición es a través de las solicitadas. Alicia participa en varias, entre ellas la que reclama por la libertad de Alfredo Bravo, representante del socialismo. En l983 festeja el regreso de la democracia que lleva a Raúl Alfonsín, candidato de la Unión Cívica Radical, a la presidencia. En 1984 es elegida la Mujer del Año y la Universidad de Buenos Aires le entrega un premio como Médica del Siglo. En 1985 la declaran presidenta honoraria de las Primeras Jornadas de Mujeres Socialistas. Hacia finales de ese año recibe con alegría la sentencia que condena a prisión perpetua a los jefes militares del “Proceso de Reorganización Nacional”, juzgados durante el gobierno democrático. El 12 de mayo de 1986 a la edad de 101 años , Alicia Moreau fallece, dejando tras de sí una trayectoria de compromiso público como lección para el futuro.

Fuente Consultada: Biografía basada en la de la Revista Todo es Historia Biografía a cargo de Ana Carolina López