Cuentos con Arpa

ENTREVISTA A MARÍA EMILIA GAGNETEN DE MANTOVANI

Por: Hernán Vargas / Agustina Ordóñez, 12 años / Alexander Ordóñez, 11 años / Juan Pablo Racamato, 13 años / Ángel Barrios, 11 años


Fotos: Hernán Vargas

-María Emilia- Me llamo María Emilia Gagneten de Mantovani y creo que los chicos están intrigados por saber cuantos años tengo. Bueno, tengo 69 años.
- ¿Cuánto tiempo llevas tocando el arpa?
-María Emilia- Hace más o menos  cinco años que empecé a estudiar arpa; desde chica estudie   piano, terminé la carrera, me recibí, y soy profesora de piano, y sigo practicando. Después de grande, como el arpa es un instrumento que siempre me gustó, le dije a mi esposo: Qué tal si empiezo?  Me contacté con una arpista de Santa Fe, Patricia Nin, fui a la casa, me gustó y tomé lecciones con ella. Después quise profundizar más y estudié audio perceptiva y entonces seguí en el Liceo Municipal donde actualmente sigo tomando clases con Alejandra Borré, que es la profesora de arpa. Cuando supe que se puede estudiar Arpaterapia, estudié. Eso lo conocí a través de Internet, estuve buscando, averiguando referencias, hasta que me contacté con un programa que es el IHTP-International Harp Therapy Program, de Estados Unidos, tiene sede en San Diego, California. Aprobé un primer cuestionario para ser admitida, es un curso on line durante un año, que es el tiempo que se estima, pero cada uno lo puede alargar si lo necesita. Hay un tramo del programa que hay que hacerlo presencial, entonces buscamos un punto intermedio que es Belo Horizonte. La profesora viajó hasta allí, donde hay otra alumna e hicimos la práctica con la directora del programa que es Christina Tourin, y a partir de eso tengo el Certificado aprobado no solo por este programa sino  también  por el Programa que nuclea a todos los alumnos que han seguido Arpaterapia en los Estados unidos, y nos habilita para poder trabajar en distintos lugares, como clínicas, hospitales, escuelas, bibliotecas, en casa particulares, Hogares, etc.

-¿En que consiste  Arpaterapia?

-María Emilia- En muy poquitas palabras es llevar el arpa junto a vos, junto a la persona, esa comienza a ser la respuesta. Arpaterapia es un arte-ciencia antiquísimo, ya Platón decía que ritmo y melodía encuentran su camino hacia las profundidades del alma para tomar lo más fuerte de ella. El arpa es un instrumento que por su forma y disposición de las cuerdas en forma vertical que no tienen ninguna interferencia en su vibración llegan profundamente a la otra persona. Con Arpaterapia busco encontrar el sonido que resuene en vos y trató de buscar una melodía que resuene en vos, que te llegue  y eso hace sentir bien a la persona. Si la persona está enferma busco que el sonido resonante en ella, que le haga bien en su proceso de curación. Si voy a un lugar donde no hay  enfermos,  digamos entre comillas, sanos, prefiero  tocar y contarles un cuento como cuando fui a La Búsqueda, y luego que pulsen las cuerdas del arpa. En este marco de Arpaterapia cuento "CUENTOS CON ARPA" .
En arpaterapia  no voy a mostrar cómo toco, sino que voy a ver qué es lo que la persona necesita y de acuerdo con eso toco algo, a veces pueden ser tres notas, cuatro, puede ser una pequeña melodía o puedo estar una hora entera si es lo que ella necesita. Para eso hay que tener preparadas varias melodías, recursos, estudios y  prácticas para poder brindar lo que el niño, joven o adulto necesita. En caso que la persona esté enferma siempre se encuentra presente la persona que está a su cargo, la enfermera, un médico, un cuidador, un pariente y brindo Arpaterapia cuando la persona lo quiera recibir. No es invadir sino ofrecer. Hoy día lo que más estoy haciendo es contar cuentos con arpa, ya sea en escuelas, bibliotecas, en grupos de chicos, como La Búsqueda, acá mismo, en mi casa, a donde vienen  grupos de señoras, y narro una historia con melodías. Hace poco hice un programa que titulé "Palabras, colores, países se entrecruzan con las cuerdas del arpa formando un tejido mágico".  Partí de un regalo que me hicieron, tomé palabras y conceptos y los fui explicando dándoles música a cada uno de ellos. Esto lo hice una vez pero luego lo repetí cuatro veces y nunca son iguales, se van haciendo en el momento, junto con el receptor, y si bien estaba pensado para cincuenta minutos estuvieron dos horas.

-¿Qué es lo que recibís vos de la gente que te escucha en las melodías y en las palabras?

-María Emilia- Todo  va y viene. Si veo que la otra persona se siente bien, considero que lo que hago le sirve. Siendo así, me impulsa a que estudie nuevas melodías, o si tuve una dificultad veo cómo resolverla, o encarar de distinta forma algo que no estuvo bien. Con los niños es algo muy lindo porque he ido a algunos grados donde hay chicos de séptimo, un poco revoltosos y están siempre efervescentes y hasta un poco agresivos a consecuencia de la sociedad o de como estamos viviendo. Sin embargo pasaron sesenta minutos que no volaba una mosca, simplemente  escuchaban el relato y el sonido del arpa, y hasta alguno se quedó dormido. No  porque se aburrió sino porque se relajó totalmente. Cuando termino les ofrezco, como voy con un arpa chiquita, transportable y liviana, que ellos pulsen las cuerdas y sientan la vibración tocándola, ya sea la cuerda o la caja acústica.

-¿Elegiste el arpa por un motivo en especial?

-María Emilia- El arpa es un instrumento que siempre lo vi, allá arriba, en el escenario de un teatro. Me llamó  la atención el tipo de instrumento y nunca tuve la oportunidad de estar ahí, en el escenario y verla, tocarla ,y  de grande dije: me gusta. La profesora me dijo, bueno vení y fijate si es lo que te gusta y cuando pude apoyarla en el hombro y pulsar las cuerdas me dí cuenta que es lo que yo pensaba, lo que tenía en mi imaginación, entonces procuré  conseguir una. Con mi esposo averiguamos  ya que estos instrumentos no se fabrican en nuestro país excepto algunos luthieres que lo hacen; la cuestión es que primero conseguimos un arpa celta. Luego cuando empecé con Arpaterapia necesitaba una pequeña fue así que me contacté con un luthier de Bahía Blanca  y le pedí que me hiciera una con las especificaciones que me había dado mi profesora de San Diego. Pesa unos cinco kilos y con los chicos la usamos parada o bien si los chicos están sentados o me encuentro que están en silla de ruedas o en cama y no se pueden parar, se puede poner horizontal o en la falda y por supuesto que las cuerdas estén al aire y la tocan con facilidad. No es imposible tocar el arpa, tal es así que tengo la intención, el año que viene, de dar un curso, un poco sobre Arpaterapia pero bastante amplio en el sentido que lo puedan hacer personas que nunca tocaron el arpa ni tengan conocimientos musicales, pero que quisieran hacer algo de ese tipo.

-¿Qué clase de música te gusta?

-María Emilia- Cuando empecé con el arpa tuve una celta entonces empecé a tocar melodías de ese origen, que son en general alegres no muy complicadas porque no se trata de dar un concierto, como dije anteriormente, son simples. He tocado alguna paraguaya, algún ritmo mejicano. Tengo también varias melodías tradicionales del folclore alemán, francés, norteamericano, argentino, simples en general, alegres o no tanto y algo de lo clásico. Cuando hice la presentación que mencioné antes, elegí para cada aspecto  que iba explicando, una obra original de artistas amigos míos  que me las han regalado . Gustaron mucho. 

-Ya nos contaste un poco, pero ¿Cuándo te iniciaste con la música?

-María Emilia- Creo que a los ocho años porque mi mamá tocaba el piano, entonces a mi hermana y a mí nos mandaba a una profesora que era muy buena, ella era concertista, ya falleció, y como nos gustó, nuestros padres compraron el piano, y  seguí. Me gustó, terminé la carrera, y he tocado a dos pianos. Así que  la formación teórica  ya la tenía cuando empecé arpa, pero son instrumentos diferentes y cada uno con sus dificultades y encantos diferentes.

- Nos dijiste que sos profesora de piano, ¿esa es tu profesión?

-María Emilia- Sí, y también hice el profesorado de inglés, y me gusta mucho hacer trabajos con las manos. Lo que siempre me gustó es enseñar, donde esté, algo trato de enseñar; es decir, brindar algo a los demás, y así aprendo yo también.

-Última pregunta... ¿Cuál es tu sueño con lo que estás haciendo?

-María Emilia- Bueno, hace poco estuve en Homimen  con un grupo de personas mayores, y cuando terminé dije algo que me surgió en ese mmento, pero, como todo, nada surge por azar, sino que primero de alguna forma te lo has imaginado. Pensé que me gustaría seguir con lo que estoy haciendo y me da un poco de no sé que, cobrar, pero quisiera recibir algo  para comprar otra arpita chica así cuando voy  a algún lugar puedo llevar dos. De esa manera cuando estoy tocando, la otra persona, un niño, un joven, puede tocar a la par conmigo, eso es muy lindo. Tuvimos una experiencia muy buena en Marzo pasado que estuve en un Encuentro de Arpaterapia en San Diego y me encontré con la profesora en el lugar donde nació este programa. Estuvimos con personas que hacen Arpaterapia de diferentes partes del mundo, y teníamos a disposición cincuenta arpitas chicas, veinte celtas, otras más grandes,  y eso fue algo muy lindo. Nos juntábamos entre cuatro o cinco personas a tocar una melodía y cada uno tocaba a su nivel, lo que podía o como quisiera, y es mi sueño tener otra arpita para poder tocar e interactuar con otros y se usa un modo de tocar con otra persona que aunque no sepa igual suena bien.

-Ahora sí, la última, ¿Cómo elegís los textos que vas a contar mientras tocas, nacen en el momento o ya están en tu mente?

-María Emilia- Eso es parte del tema que voy a incluir en el curso que quisiera a dar el año que viene. Si voy a un lugar donde hay chicos de tales edades, como cuando fuí a La Búsqueda, de tal nivel escolar, el grado, etc, entonces pienso qué les puede gustar. Preparo un repertorio/programa. Y bien, de hecho hice eso, pero alguien me hizo una pregunta entonces corte el   cuento con un final que no era el programado y tomé la pregunta y seguí con lo que él quiso. En otro lugar una señora me pidió que tocara una canción de cuna y comencé con una muy simple y al rato se paró un señor y se fue acercando de a pasitos y yo me di cuenta que él quería tocar. Puse su mano en el arpa yo seguí tocando con la otra y luego lo dejé tocando, así que quedó una canción de cuna abierta.

-Gracias por recibirnos, por la nota y te esperamos nuevamente en La Búsqueda para más de tus CUENTOS CON ARPA. 

Invitamos a aquellos que quieran contactarse con María Emilia para realizar consultas acerca de este arte-ciencia, sobre la terapia para enfermos o futuros cursos que dictará lo pueden hacer a

mariaemiliagagneten@gmail.com o comunicarse por teléfono al  0342-4538267.